viernes, 24 de julio de 2015

ADMINISTRANDO LA OBRA DE DIOS



 LECCIÓN 18


 “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel sobre mucho te pondré (Mt  25:21).


OBJETIVOS 

Conocer las bases más elementales de una congregación 

18. 1. Perfil del líder cristiano 

18. 1. 1.Integridad (Sal. 15: 1-5;. 24: 3-5; 26: 1-7;. 101: 6-7; 1ª Ti. 3: 1-7; 2ª Ti. 4: 2, 5; Tit. 1: 5-8).

18. 1. 2. Es fiel (Mt. 25: 23; 1ª Co. 4: 2; 2ª Ti. 2: 2).

18. 1. 3. Es prudente (Lc. 12: 42).

18. 1. 4. Es ejemplo (Jn. 5: 17).

18.1. 5. Responde al llamado del Señor sin vacilar (Mt. 9: 9; Mr. 1: 7-20; Jn. 1: 35-37).

18. 1. 6. Sigue las pisadas de Jesús (1ª P. 2: 21;   1ª Jn. 2: 6).

18. 1. 7. Tiene muy bien definido el orden de prioridades (Mt. 6: 33).

18. 1. 8. Es un gran observador para hallar las necesidades (Mt. 9: 36-38) pero también actúa para suplirlas (Mr. 6: 34-44).

18. 1.9.  Es obediente aún hasta el sacrificio (Mr. 14: 36; Lc. 22: 42).

18. 1.10. Es temeroso de Dios (Sal. 61: 4-5).

18. 1.11. Es consciente de su mayordomía (Jos. 24: 15; Lc. 12: 42-48).

18. 1.12. Es esforzado y valiente (Jos. 1: 9; 2ª Ti. 1: 7).

18. 1. 13. Vive pendiente de sus ovejas (Pr. 27: 23; Jn. 10: 1-15; 1ª P. 5: 2-3).

18. 1. 14. Delega funciones (Ex. 18: 13-26; Hch. 6: 1-6;19: 22).

18. 1. 15. Tiene sublíderes en quién depositar su confianza (Mt. 17: 1; Lc. 8: 51; Mr. 14: 32-34

18. 1. 16. Se niega a sí mismo (Mt. 16: 24).

18. 1. 17. No niega su fe en Cristo (Mt. 10: 32; Mr. 8: 38; Lc. 12: 8; Ro. 1: 16).

18. 1. 18. Sabe perdonar (Mt. 18: 15-17, 21-22) y restaurar (Gá. 6: 1).

18. 1. 19. Es un gran planeador (Gn. 41: 33-36;  Lc. 14: 28-30).

18. 1. 20. Busca alternativas (1° S. 20).

18. 1. 21. Desarrolla estrategias (Neh. 4: 13-23).

18. 1. 22. Escucha consejos (Ex. 18: 13-27; Pr. 12: 15).

18. 1. 23. Tiene objetivos y metas definidas (Hch. 20: 24; Fil. 3: 12-14): en este caso, cumplir la GRAN COMISION (Mt. 28 18-20; Mr. 16: 15-16; Lc. 24: 45-47; Hch. 1: 8; 10: 42-43; Col. 1: 24-25).

18 .1 .24. Busca servir y no ser servido (Mt. 20: 28; Mr. 10: 43-44; Lc. 12: 36-37).

18. 1. 25. Satisface integralmente las necesidades de su rebaño (Mt. 25: 34-40; Mr. 1: 32-34; 6: 34-44, etc.).

18 .1 26. Lo hace todo con amor (Jn. 13: 35; 1ª Co. 13: 1-13; 16: 14).

18 .1 .27. Depende totalmente de Dios (2ª Cr. 20: 3; Sal. 23: 1; 121: 2; 147: 10-11; Jer. 17: 5-8; Dn. 3: 17; Mt. 6: 33; Fil. 4: 19; He. 12: 2).

18. 1. 28. Se hace entender (Jos. 23).

18. 1. 29. Colabora a su vez con sus líderes (2ª R. 3: 11-12; 2ª Ti. 1: 16-18).

18. 1. 30. Es misericordioso (Gá. 2: 10) y no es avaro (1ª Ti. 6: 6-10).

18 .1. 31. Es diligente (Pr. 27: 23; 2ª Ti. 2: 15).

18. 1. 32. No es contencioso (2ª Ti. 2: 14, 24) ni criticón (Lc. 6:  37).

18. 1. 33. Es ordenado (1ª Co. 14: 20 ) y sabe administrar el tiempo (Ec. 3: 1).

18. 1. 34. Lo hace todo para Dios y no para los hombres (Lc. 2: 49; Ef. 6:6-7; Col. 3: 2, 23-24).

18. 1. 35. Se somete a las autoridades establecidas (Mt. 22: 21; Ro. 13: 1-4; 1ª P. 2: 13-14) siempre que no implique desobedecer a Dios (Hch. 4: 19-20; 5: 29).

18. 1. 36. Permanece en el servicio a pesar de las pruebas (Lc. 9: 62; 22: 28).

18. 1. 37. Actúa en ayuda mutua con todo el cuerpo de Cristo (Ro. 12: 4-5; 1ª Co. 12: 14-28).

18. 1. 38. Es disciplinado (Lc. 4: 16) y organizado (Lc. 10: 1-9).

18. 1. 39. Es guiado por el Espíritu Santo (Mt. 10: 20; Ro. 8: 14; 1 Co. 2: 12-15).

18. 1. 40. Ora y actúa (Ex. 14: 15).

18. 1. 41. Busca la gloria para Dios y no para sí mismo (Jn. 3: 30; Gá. 1: 10-12; Ef. 6: 7-8; 1ª Tes. 2: 6).

18. 1. 42. Se contenta con tener sustento y abrigo (1ª Ti. 6: 8).

18. 1. 43. Atrae multitudes (Mr. 1: 33, 45; 2: 2-4; 3:7-10, 20; 5: 24) si bien muchos son los llamados y pocos los escogidos (Mt. 20: 16).

18. 1. 44. Es manso y humilde de corazón (Mt. 11: 29).

18. 1. 45. No pone sus ojos en las circunstancias sino en Cristo (2ª Co. 4: 18; He. 12: 2).

18. 1. 46. Descansa cuando es necesario (Gn. 2: 2; Mt. 8: 24; Mr. 6: 31).

18. 1. 47. Es un intercesor fervoroso (Gn. 24: 12-14; Nm. 14: 13-19; Esd. 9: 5-15; Neh. 1: 5-11; Dn. 9: 4-23; Mr. 1: 35; 1ª Tes. 5: 17; etc.).

18. 1. 48. Es respaldado por Dios (Gn. 39: 2-5; 1ª S. 16: 18; 2ª Ti. 4: 17-18).

18. 1. 49. Es un motivador (Jos. 24: 15; Neh. 4: 14).

18. 1. 50. No se deja desanimar (Neh. 6: 8-19; 1ª P. 4: 12-16)).

18. 1. 51. Discierne las artimañas del enemigo (Neh. 6: 1-13). Etc.

18. 1. 52. Tiene visión (Jos. 24:15; Ro. 1: 1; 1ª Co. 1: 17; Gál. 2: 8; etc. ).

18. 2. Resultados de trabajar para el Señor: 

18. 2. 1. Crítica del mundo (Lc. 13:10-17) y de nuestros hermanos (Mt. 26: 6-9). 

18. 2. 2. Persecuciones (Jn. 15: 18-20; 2ª Tes. 1: 4-5;  2ª Ti. 3: 12), aflicciones (Jn. 16: 33; 1ª Tes. 1: 6), padecimientos, fatigas, calumnias (1ª Co. 4: 11-13; 2ª Co. 4: 8-9; 5: 4-10), penalidades (2ª Ti. 2: 8-10), etc. 

18. 2. 3. Gran galardón de parte de Dios (2ª Jn. 8):

a.    Nos devuelve el ciento por uno (Mt. 19: 29; Mr. 10: 29-30).

b.    La presencia del Señor y su gloria va con nosotros y se hace manifiesta en el respaldo que Él nos da (Is. 45: 2-3; Jer. 20: 11; Jn. 12: 26).

c.    Coronas incorruptibles, de justicia, de gloria y de vida (1ª Co. 9: 25;  2ª Ti. 4: 8; 1ª P.5: 4; Stgo. 1: 12).

d.    Tesoros en el cielo (Mt: 6: 19-20).

e.    Moradas eternas (Jn. 14: 2-3; 2ª Co. 5:1).

f.     Un trono por toda la eternidad junto a Cristo (Mt. 19: 28 y 25: 34).

18. 3. Algunos ejemplos de líderes bíblicos: 

18. 3. 1. José, el hijo de Jacob, administró sabiamente a Egipto (Gn. 41: 47-57).

18. 3. 2. Moisés sacó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto trabajando en equipo con Aarón (Ex. Caps. 3 al 14).

18. 3. 3. Josué se tomó la tierra prometida (Jos).

18. 3. 4. Esdras y Nehemías reconstruyeron el templo y sus muros (Esd.; Neh.).

18. 3. 5. Jesucristo cumplió el plan de salvación para el hombre, que el Padre le había encomendado (Jn. 3: 16; Jn. 19: 30; 1ª Co. 15: 3-4; etc.).

18. 3. 6. Pablo supo cumplir la gran comisión (2ª Ti. 4: 7). 

Todos fueron hombres valientes, de oración y de acción, que sabían lo que querían (visión) y para quién trabajaban (Sal. 25: 21; 37: 5; Is. 25: 9; 26: 3-4; Jer. 17: 7-8; 2ª Ti. 1: 12;  2: 8-10). 

18. 4. Administración legal y laboral de una congregación: 

18. 4. 1. Toda congregación debe llenar los requisitos legales, tales como tener una razón social, con personería jurídica, libros de contabilidad, estatutos, reglamentos, etc.

18. 4. 2. Debe estar regida por una junta directiva.

18. 4. 3. Los empleados de planta comenzando por el pastor, deben tener un salario fijo, un día de descanso, vacaciones y todas las prestaciones de ley (1ª Co. 9: 14; 1ª Ti. 5: 17-18).

18. 4.4. Se deben tener muy bien definidas las funciones de cada miembro del liderazgo (Hch. 6: 1-4; Ro. 12: 7-8; Ef. 4: 11-12; 1ª P: 4:10; etc.). Es importante trazar organigramas que ilustren el trabajo de cada uno.

18. 4. 5. Anualmente se debe trazar un plan de actividades, con objetivos, metas y estrategias definidas, partiendo de un presupuesto y apelando a fuentes de ingreso bíblicas tales como diezmos (Gn. 14:18-20; 28:20-22; Mal. 6: 10-12, Mt. 23: 23, etc.) y ofrendas (Ro. 15: 27; 2ª Co. 9; Fil. 4: 18).

18. 4. 6. Periódicamente se deben hacer evaluaciones para corregir fallas y mejorar sistemas, complementando la práctica de la administración bíblica con orientación profesional secular idónea. 

18.5. Esquema de organización: 

18. 5. 1. Analizar y hallar las necesidades (diagnóstico) buscando el orden de las prioridades.

18. 5. 2. Planear qué hacer para hallar soluciones efectivas, clarificando objetivos generales y específicos.

18. 5. 3. Ejecutar poniendo en práctica lo planeado, nombrando personas con sus responsabilidades definidas  y con fechas límites fijas.

18. 5. 4. Evaluar analizando los resultados y determinando si los objetivos se cumplieron o nó. Determinar qué aciertos y qué fallas se presentaron y cómo mejorar los primeros y eliminar los segundos. Cada persona debe autoevaluarse a conciencia, reconociendo sus propios errores (1ª Co. 11: 31) y aceptando las críticas constructivas edificándose así los unos a los otros (1ª Tes. 5: 11). 

18. 6. Los ministerios 

Son funciones determinadas que El Señor nos ha dado a cada uno de nosotros a través del Espíritu Santo quien nos da la capacidad para cumplirlas por medio de sus dones (Ro. 12: 6-8; 1ª Co. 12: 7-11 y 14: 3 y 26; Ef. 4: 11-12). Es como la vocación que nos permite hacer con eficiencia y deleite determinado trabajo. 

Deben ejecutarse bajo la autoridad y coordinación de un líder con dones de revelación como son el don de palabra de sabiduría (1ª Co. 12: 8) que nos guía siempre a hacer la voluntad de Dios, don de palabra de ciencia o de conocimiento (1ª Co. 12: 8) que nos revela un hecho específico, como por ejemplo el origen de una enfermedad, una maldición, un hecho traumatizante que marcó a una persona, una falta de perdón etc., pero sobre todo que haya sido dotado de un profundo discernimiento espiritual (1ª Co. 12: 10), que es el don que nos conduce a rechazar lo que Dios rechaza y aceptar lo que Dios acepta (Hch. 16: 16-18), pues satanás siempre buscará plagiar los dones divinos y engañarnos con manifestaciones sobrenaturales (Mt. 24: 23-24; Ap. 13: 13-14). Por eso debemos estar siempre alerta y estudiar muy bien las Sagradas Escrituras pues todo hecho sobrenatural que no esté acorde con lo que dice la Biblia puede proceder de las tinieblas. Por ejemplo, si un milagro o una sanidad sobrenatural no fueron hechos en el nombre de Jesucristo, no son de Dios, porque el mismo Jesucristo dice “nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn. 14: 6); el apóstol Pablo dice que “el único mediador entre Dios y los hombres, es Jesucristo hombre” (1 Tim. 2:5) y el apóstol Pedro confirma que “en ningún otro hay salvación (sino en Cristo) porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos” (Hch. 4: 12). 

18. 6. 1. La falsa profecía

Es otra manifestación que puede dañar la membresía y causar estragos entre los creyentes. Puede ser originada por un espíritu de adivinación de satanás o simplemente por emociones propias de la naturaleza humana, y sólo podremos detectarla por medio del don de discernimiento espiritual. 

18. 6. 2. La imposición de manos

Es un acto profundamente espiritual mediante el cual se transmite de lo que hay en la persona que impone las manos, hacia la persona a quien le son impuestas. Por ejemplo: “Josué, hijo de Num. fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él” (Dt. 34:9).

Así la imposición de manos transmite bendición (Gn.48: 14-16; Mt. 19: 13-15); autoridad (Nm. 27: 18-20); sabiduría (Dt. 34:9); dones (1ª Ti. 4:14; 2ª Ti. 1:6); sanidad (Mc. 16: 18 b; Hch. 9: 17-18); el Espíritu Santo (Hch. 8: 14-17); etc. 

Pero así como se transmite lo bueno a través de las manos, también se puede transmitir contaminación espiritual. Por eso debemos ser muy cuidadosos en esto. No debemos permitir que cualquiera nos imponga las manos. Si no estamos seguros de la integridad y limpieza espiritual de quien está imponiendo manos, debemos evadir dicha imposición. De ahí lo grave que es, que un líder en pecado imponga manos, pues de allí puede surgir una congregación esclava de inmoralidad sexual, por ejemplo, o de cualquier otro pecado. Así mismo se puede transmitir un espíritu de engaño (falsa profecía, falsa doctrina, etc.).

Tampoco debemos imponer manos a la ligera en pecadores contumaces, si queremos permanecer puros (1ª Ti. 5:22).

Es ahora el momento de pedir al Padre ser llenos de los dones de su Santo Espíritu. Pídalo con sus palabras anhelando ardientemente usarlos para glorificar el nombre de Dios y ministrarlos (darlos) a otros según la voluntad de Dios (1ª P. 4: 10-11). 

Y así como no podemos ordenar a los ojos que hablen o a los oídos que vean, tampoco podemos poner a trabajar en la obra del Señor en un oficio de administración a alguien a quien Dios dotó con dones para otro ministerio (alabanza, ayuda, servicio, etc.). Por tanto cada uno debe ser colocado de acuerdo a los dones que el Señor le dio de acuerdo al ministerio que tiene para él (Ro. 12: 3-8; 1ª Co. 12: 13-31), teniendo en cuenta que sólo con el don del amor de Dios, podremos cumplir con el ministerio que Él nos ha encomendado (1ª Co. 13 y 16:14).

En todo debemos tener presente que Dios es el dueño del oro y de la plata (Hag. 2: 8) y de toda la obra que Él nos ha puesto a administrar, y que nosotros tendremos que rendir cuentas del uso que le demos a lo que él nos ha encomendado (Mat. 25: 14-30; Lc. 16: 10; Ro. 14: 12; He. 4: 13; etc.).

“Que abunden en ustedes la gracia y la paz por medio del conocimiento que tienen de Dios y de Jesús, nuestro Señor. Su divino poder al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y potencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda. Así, Dios nos ha entregado, sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina. Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. En cambio, el que no las tiene, es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida que ya ha sido limpiado de sus antiguos pecados. Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2ª P. 1: 2-11 N.V.I.). 



EVALUACIÓN

1.      Enumere los requisitos que considere más importantes para ser un líder de éxito:
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2. Diga cuáles son las recompensas que recibiremos por trabajar para el Señor:

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3. Mencione tres personajes bíblicos que cumplieron los objetivos encomendados por Dios y a qué debieron su éxito:

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4. Complete los cuatro pasos de una correcta administración:

A


B


C


D

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