MOTIVOS
Yo te adoro, Señor, por tantas cosas
que has hecho tú en mi vida:
me sacaste del lodo en que me hundía,
me pusiste en la roca,
y sanaste, una por una, mis heridas.
Me brindaste tu amor, tu paz, tu gozo,
y quitaste la venda de mis ojos;
hiciste que sintiera que tu mano se posaba en
mi vida,
y regaste mi alma adolorida
con el
río de tus aguas salutíferas.
Sanaste también mi cuerpo venciendo al enemigo
y en cada circunstancia de mi vida
puedo contar contigo,
pues con sólo pronunciar tu nombre, Cristo,
siento que estás conmigo.
Y como estos, son miles los motivos,
que tengo mi Señor, para alabarte,
y por siempre adorarte, mi amado Jesucristo.
Pero el más grande de todos los motivos,
es que diste tu vida por salvarme,
colgado de una cruz,
y que cargaste con todos mis pecados
y con tu sangre bendita me lavaste,
borrando mis tinieblas con tu luz.
Por eso mi Señor, yo sólo anhelo
que siempre reines en mi corazón,
pues, teniéndote a tí, todo lo tengo.
Pero eso sí, como un favor te pido,
que a mis seres queridos
sigas llevando a tus pies, mi Salvador,
para que un día reunidos
te podamos cantar una canción.
Y este ruego se extiende
para toda Colombia y aún fuera de ella,
para aquellos que no te han conocido;
llama a cada ovejita; llévala a tu corral;
que ninguna se pierda y que con el aleluya
te estemos alabando eternamente
en tu glorioso reino celestial.
Diciembre 18 de 1989.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario