miércoles, 30 de septiembre de 2015

Yo decidí ser feliz



Antes erraba ignorando las Escrituras y el poder de Dios (Mateo 22:29) pero leí en su palabra que “Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en Él, no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). También leí que Jesús dijo “a los que vienen a mí, no los echaré fuera” (Juan 6:37). Entonces, yo decidí amar a Dios  con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas, y con toda mi mente, y al prójimo como a mí mismo, como manda Él en Lucas 10:27; por tanto, yo decidí perdonar, porque si amo, perdono (1ª Corintios 13:4-7) y porque si no perdono a los que me han hecho daño, Dios tampoco me perdona a mí (Mateo 6:15).

Yo decidí abrir la puerta de mi corazón a Cristo para responder a su llamado cuando dice: “Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos (Apocalipsis 3:20).

Yo decidí reconocer y confesar con mi boca creyendo en mi corazón que Jesucristo es mi único Señor y mi único Salvador, y que Dios Padre lo levantó de ente los muertos, porque en Romanos 10:9 dice que si lo hago, soy salvo, en Hechos 4:12 hablando de Jesús complementa que “En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo, Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos ser salvos” y el mismo Señor Jesucristo en Juan 14:6 proclama: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Solamente por mí, se puede llegar al Padre”.

Yo decidí confesarle todos mis pecados a Jesús que es el sumo sacerdote (Hebreos 7:20-28) por cuanto todos hemos pecado y sin Cristo estamos lejos de la presencia gloriosa de Dios (Romanos 3:23) “pero si le confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad” (1ª Juan 1:9)

Yo decidí escuchar la voz de Jesús y seguirle para recibir su promesa en Juan 10:27-28: “Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará”. Así podré ser una nueva persona  como dice en 2ª Corintios 5:17: “El que está unido a Cristo, es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron, se convirtieron en algo nuevo”.

Yo decidí hablar a otros de Cristo para obedecerle cuando manda: “Vayan a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos” (Mateo 28:19) y “Si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, yo también me declararé a favor de él delante de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 10:32).

Yo decidí hacer la voluntad de Dios y servirle sólo a Él, para seguir el ejemplo de la virgen María cuando le dijo al ángel: “Yo soy la esclava del Señor, que Dios haga conmigo como me has dicho” (Lucas 1:38. Por eso, yo decidí leer la Biblia para obedecer lo que Dios manda y poder recibir así sus bendiciones (Josué 1:8; Juan 14:23 y 15:16).

Yo decidí ser feliz porque Cristo me enseñó a ser feliz, al perdonar y amar. Y como yo soy feliz quisiera que todos lo fueran y por eso esta es una invitación para que tú también decidas ser feliz con Cristo controlando tu vida. Puedes comenzar ahora mismo diciéndole una oración que salga de lo profundo de tu corazón así:

SEÑOR JESUCRISTO, CREO QUE TÚ ERES EL HIJO DE DIOS QUE MORISTE EN MI LUGAR LLEVANDO EL CASTIGO DE MIS PECADOS PERO DIOS PADRE TE RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS. TE ABRO LA PUERTA DE MI CORAZÓN PARA QUE TÚ ENTRES Y SEAS MI ÚNICO SEÑOR Y SALVADOR. DECIDO PERDONAR A TODOS LOS QUE ME HAN HECHO DAÑO. TE CONFIESO TODOS MIS PECADOS Y RECIBO TU PERDÓN. TE CONSAGRO MI VIDA Y A TODOS MIS DESCENDIENTES PARA QUE TÚ NOS GOBIERNES EN TU DIVINA VOLUNTAD, AHORA Y SIEMPRE. EN TU NOMBRE SANTO, SEÑOR JESUCRISTO, AMÉN Y AMÉN.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Vida, Nueva, eterna y abundante










Cristo vino a darnos vida nueva, eterna y abundante:

La vida nueva consiste en que “Si alguno está en Cristo es una nueva creación. Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo” (2ª  Corintios 5:17). Jesucristo nos da del poder sobrenatural con que Él venció al pecado, para ayudarnos a comenzar una vida de obediencia a su palabra. Es lo que Jesús mismo llama “Nacer de nuevo” (Juan 3:3). Es renunciar a nuestros propios criterios para buscar la voluntad de Dios, con la ayuda de su Hijo Jesús, porque separados de Él nada podemos hacer (Juan 15:5).

La vida eterna es poder ser reconciliados con el Padre, pues cuando aceptamos el sacrificio que Cristo realizó por nosotros y lo reconocemos como nuestro Señor y Salvador, Él borra nuestros pecados que nos tenían separados del Dios vivo y verdadero, y nos permite unirnos a Él y conocerlo (Juan 17:3).

La vida abundante son todas las bendiciones que el pecado nos había quitado y que Cristo rescató para nosotros, y las  tiene disponible para todos los creyentes en Él, si seguimos sus instrucciones y tenemos fe en sus promesas (Hebreos 10:36).

Todo lo que tienes que hacer es hablar con Jesucristo por medio de una sencilla pero sincera oración, creyendo todo lo anterior. Él dijo ´´Yo  estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré…´´ (Ap.3:20). Es importante, eso sí, que dispongas tu corazón para perdonar y aceptar el perdón que Cristo te da gratuitamente. Es cuestión de tomar la decisión de obedecer esta clave que Jesús nos da: “Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados” (Marcos 11:25). Una oración guía puede ser:

Señor Jesucristo, a ti que eres el Hijo de Dios, que llevaste el castigo de mis pecados muriendo en mi lugar, pero resucitaste de entre los muertos, yo te abro la puerta  de mi corazón y te recibo como mi único SEÑOR Y SALVADOR. Perdono de corazón a todos los que me  han hecho daño y te confieso que he pecado de muchas maneras, te  pido perdón, y acepto tu sangre bendita borrando todos mis pecados. Renuncio a todo lo que no haya venido de ti y recibo la vida nueva, eterna y abundante que tú me traes hoy. Ayúdame a conocerte, a obedecerte y a servirte, a vivir para ti y a depender de ti, desde ahora y para siempre. En tu nombre Señor Jesucristo, amén y amén.

Para poder conocerle, obedecerle y servirle  debemos leer la Biblia, comenzando por  el Nuevo Testamento, y pedirle en oración que nos continúe ayudando a vivir siempre en su divina y perfecta voluntad.

lunes, 21 de septiembre de 2015

La sabiduría divina y la locura de su predicación


Como dice Génesis 1:1-5,  Dios creó los cielos y la tierra pero el tiempo no existía todavía. Sólo había caos y oscuridad. Cuando hace el día y la noche es que empieza el tiempo a contabilizarse. Pero para el Señor un día es como mil años y mil años como un día. Y así como sus pensamientos son más altos que los nuestros y sus caminos son más altos que nuestros caminos, así la metodología divina  del tiempo y su creación es incomprensible para  nosotros que no somos sino parte de ella y aún siendo el centro de su obra, nunca podremos descifrar los misterios de su conocimiento y de su grandeza:

“Está escrito: ‘Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes’.  “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este  mundo? Ya que Dios en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo  para los judíos, y es locura para los gentiles, pero para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana. ..Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios… “(1ª Corintios 1:19-29).

No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre” (Hechos 1:7).  “¿Quién ha conocido la mente del Señor?, o quién ha sido su consejero?” (Romanos 11:34). “El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente” (1ª Corintios 2:14

“¿Acaso no lo sabían ustedes? ¿No se habían enterado? ¿No se les dijo desde el principio? ¿No lo entendieron desde la fundación del mundo? Él reina sobre la bóveda de la tierra, cuyos habitantes son como langostas. Él extiende los cielos como un toldo, y los despliega como carpa para ser habitada. Él anula a los poderosos, y a nada reduce a los gobernantes de este mundo…Alcen los ojos y miren a los cielos; ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de las estrellas una por una y llama a cada una por su nombre. Es tan grande su poder y tan poderosa su fuerza,  que no falta ninguna de ellas… ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable” (Isaías 40:21-28).

sábado, 5 de septiembre de 2015

Obra de teatro


DE LA CASA EN EL AIRE A LA CASA EN LA ROCA

(Obra de teatro)

Primer  actor (Aparece con su grupo musical). Lo llamaremos Juan. Se presenta y luego dice: Hoy les traemos la historia de una de las canciones más famosas del Vallenato  colombiano: La Casa en el aire, del compositor Rafael Escalona, quien se la dedicó a su hija Hada Luz. Como buen padre, él quería proteger a su hija de lo que pudiera dañarla. Por eso le dice que le va a construir una casa en el aire a donde nadie pueda subir, sólo el que sepa volar.

Segundo actor (Espontáneo. Lo llamaremos Pedro): -¿Cuando Rafael Escalona escribió esta letra  conocía la Palabra de Dios?

Juan: -No, no la conocía. Por eso  dice  en una de sus estrofas “Para ir al cielo creo que no hay camino”. Tuvo que pasar mucho tiempo para que descubriera que para ir al cielo sí hay un camino único, y este camino se llama Jesús. Jesucristo dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, solamente por mí se puede llegar al Padre” (Juan 14:6).

Pedro: -Y, ¿cómo es eso de los cimientos; una casa en el aire puede tener cimientos?

Juan: -Claro que no. Por eso  Escalona dice  en su canción “Esta casa no tiene cimientos, en el sistema que he inventado yo…” porque el célebre compositor no había leído en la Biblia que el que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica es el que edifica  su casa sobre la Roca, o sea, sobre cimiento firme. Es el Señor Jesús el que nos  ilustra esta verdad en una de sus parábolas (Mateo 7:24-25). Y Él también nos enseña que  el que cree en Él, tiene la vida eterna, o sea, que va a  conocer a Dios y a estar eternamente con el Padre Celestial (Juan 3:36 y 17:3).

Pedro: -¿Y es verdad que Jesucristo va a volver a llevar a los que crean en Él?

Juan: Sí Él lo prometió (Juan 14: 2-3). Y sea que hayamos muerto físicamente o que estemos vivos todavía, nos iremos en las nubes con Él. Los que murieron habiendo aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador, resucitarán primero y todos seremos transformados en un cuerpo glorioso diferente al nuestro cuerpo actual (1ª Tesalonicenses 4:14-17; Filipenses 3:20-21). Por eso debemos aceptarlo como nuestro único Señor y nuestro único Salvador.

Pedro: ¿Y qué es aceptarlo como nuestro Señor?

Juan:-Pues permitir que Él gobierne nuestra vida de acuerdo a su voluntad.

 Pedro:-¿Y qué es aceptarlo como nuestro Salvador?

Juan: -Es creer que murió en nuestro lugar y que resucitó, y que este sacrificio fue suficiente para borrar todos nuestros pecados si nos arrepentimos de ellos y se los confesamos a Él que es nuestro  Sumo sacerdote.  Por eso, alguien que se basó en las palabras de Jesús, escribió una nueva letra que dice así:     (Todo el grupo canta).

LA CASA EN LA ROCA

 

 

Yo voy a hacer una casa en la Roca, solamente pa que vivas tú;

Después le pongo un letrero bien grande, con nubes blancas que diga: Jesús.

Y cuando la Luz sea una señorita

 y alguno le quiera hablar de amor

el tipo tiene que creer en Dios, para que pueda hacerle una visita.

 

Y el que no crea no sube, a ver a Jesús en las nubes

y el que no crea  no sube allá, a vivir con Cristo en la eternidad.

 

Y esta casa sí tiene cimientos en el sistema que nos dio Jesús:

Obedecer  sus mandamientos, también creer que él murió en la cruz;

que Jesús murió y resucitó, para librarnos de nuestros pecados

y se sentó a la diestra de Dios y volverá  Él mismo a llevarnos.

 

/Y el que no crea no sube, ni se va con Cristo en las nubes,

y el que no crea no sube allá, a pasar con Cristo la eternidad/.

 

Pedro: -¿Y por qué habla de Luz?

 

Juan: - Pues porque Cristo dice que los creyentes en Él estamos llamados a ser la luz  con nuestra manera de ser y de vivir (Mateo 5:14-16) y también contando al que no lo sabe que en Jesucristo hay  salvación y vida eterna (Marcos 16:15-16).

 

Pedro: -¿Y el compositor Escalona, nunca conoció a Jesús ni su Palabra?

 

Juan: Sí, el conoció la Palabra de Dios y aceptó a Jesús al final de su vida y ahora está en el cielo con Jesucristo. Si todavía viviera en este mundo podemos estar seguros que cantaría La Casa en la Roca y no La Casa en el Aire.

 

Pedro-¿Y cómo podemos aceptar nosotros a Jesucristo  como  Señor y Salvador?

Juan: -Creyendo en el corazón y diciéndolo con la boca (Romanos 10:9). Ahora mismo todos podemos hacer esta oración, así: Señor Jesucristo, creo que tú eres el Hijo de Dios, que moriste en la cruz en mi lugar para que yo fuera perdonado de mis pecados, y resucitaste de entre los muertos. Te confieso que he pecado de muchas maneras; me arrepiento, te pido perdón y te acepto como mi único Señor y Salvador. En tu nombre santo, Señor Jesucristo, amén y amén.

 

Pedro: -¿Y después de hacer esta oración, qué tengo que hacer para seguir construyendo mi casa sobre la Roca?

 

Juan: -Leyendo la palabra de Dios y poniéndola en práctica.

 

Pedro: - Ahora sí entiendo la nueva letra de la canción. ¿Qué tal si la vuelven a cantar y nos la aprendemos todos?

 

Juan:- Claro que sí, uno, dos tres.