¿EN CUÁL GRUPO ESTÁS?
- ¿En el grupo de los que aceptan a Jesucristo o en el de los que lo rechazan?“Uno de los dos criminales que estaban colgados, lo insultaba:-¡Si tú eres el Mesías, sálvate ti mismo y sálvanos también a nosotros!Pero el otro reprendió a su compañero, diciéndole:-¿No tienes temor de Dios, tú que estás bajo el mismo castigo? Nosotros estamos sufriendo con toda razón, porque estamos pagando el justo castigo de lo que hemos hecho; pero este hombre no hizo nada malo. Luego añadió:-Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar. Jesús le contestó:-Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso (Lucas 23:39-43).“Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y aunque Dios hizo el mundo por medio de Él, los que son del mundo no lo reconocieron. Vino a su propio mundo pero los suyos no lo recibieron. Pero a quienes lo recibieron y creyeron en Él, les concedió el privilegio de llegar a ser hechos hijos de Dios” (Juan 1: 10-12).“El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios” (Juan 3: 18).2. ¿En el grupo de los que son tierra buena o en el de los que no lo son?“Les dijo (Jesús): Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; esa semilla brotó pronto, porque la tierra no era muy honda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte de la semilla cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio buena cosecha; algunas espigas dieron cien granos por semilla, otras sesenta granos y otras treinta. Los que tienen oídos, oigan… Escuchen, pues, lo que quiere decir la parábola del sembrador: Los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón. La semilla que cayó entre las piedras, representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero como no tienen suficiente raíz, no se mantienen firmes; cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fallan. La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje pero los negocios de esta vida les preocupa demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos. Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden y dan buena cosecha, como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla” (Mateo 13: 3-23).
3. ¿En el grupo de los que permanecen unidos a Cristo o en el de los
que se apartaron de Él?
“Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el que la cultiva. Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si
da uvas, la poda y la limpia para que dé más. Ustedes ya están limpios por las
palabras que les he dicho. Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una
rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera
ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. Yo soy la vid y
ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho
fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará
como las ramas que se recogen y se
queman en el fuego” (Juan 15: 1-5).
4. ¿En el grupo de los que confían en los hombres o en el de los que confían en Dios?
“El Señor dice:
‘Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en
los hombres y en ellos busca apoyo. Será como la zarza del desierto, que nunca
recibe cuidados; que crece entre las piedras, en tierras de sal, donde nadie
vive.
Pero bendito el hombre que confía en mí, que pone en mí su esperanza.
Será como un árbol a la orilla de un río, que extiende sus raíces hacia la
corriente y no teme cuando llegan los calores, pues su follaje está siempre
frondoso. En tiempo de sequía no se inquieta, y nunca deja de dar fruto’” (Jeremías
17:5-8).
5. ¿En el grupo de los que le obedecen al Señor, o en el de los que no
le obedecen?
“Por tanto el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre
prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los
ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base
sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto
que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos,
soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre! (Mateo
7:24-27).
Invitación:
Si no estás en el grupo de Jesús
y quieres estar en él, sólo tienes que invitarlo sinceramente a que entre en tu
vida y Él lo hará.
YO SERÉ DE TU GRUPO, SEÑOR
Yo te
acepto, Jesús
para
que siempre
seas
mi único
Señor
y Salvador;
quiero
ser la buena
tierra en tu plantío
y que el Padre sea
mi
labrador.
Yo me
injerto
en tu
tronco bendito
produce
tú, en mí,
el
fruto espiritual;
confiaré
sólo en ti
y no
en el hombre
y mi
casa en la roca
estará.
Aunque
venga lluvia tormentosa,
aunque
sople el viento alrededor,
aunque
el río crezca enfurecido,
yo
seré de tu grupo, Señor.